lunes, 10 de octubre de 2016

Y así, una noche regresé

La noche se encuentra lluviosa, las gotas no paran de caer y los charcos que se forman en las concavidades del pavimento se hacen más profundos. Las goteras caen sobre el policarbonato, la vía se hace más difusa pero el camino es conocido. Las prostitutas siguen sobre el andén, esperando clientes, esperando a los hombres que persiguen el deseo y pagan por la carne. Hace frío y en la radio resuenan canciones que no dan calor. Cada vuelta de la biela me acerca a casa, y tal vez quisiera que esta noche el camino fuera un poco más largo.